Los políticos británicos de las Islas Malvinas anunciaron un referéndum en el que le consultarán a los ciudadanos malvinenses si querrán seguir con su estatus de británicos o preferirán ser argentinos y regidos por el gobierno de Buenos Aires.
Más que un referéndum se trata de una treta de propaganda para dejar por sentado lo que ya todos saben. Por ello, cuando la noticia surcó los cielos del Atlántico Sur – justo en momentos que el gobierno de Cristina de Kirchner está por demandar a petroleras internacionales que explotan el subsuelo submarino cerca de las islas y se apresta a viajar a Nueva York para representar a la Argentina en la sesión por Malvinas del Comité de Descolonización de las Naciones Unidas – el primer ministro británico, James Cameron, ni lerdo ni perezoso, dijo que el Reino Unido “respetará y defenderá” el resultado de la votación.
El referéndum, anunciado para la “primera mitad de 2013” por el presidente de la Asamblea Legislativa de las islas, Gavin Short, carece de validez.
Referéndum en Malvinas – Una trampa
Todos quieren hacer política doméstica
ahora que apareció el petróleo
El gobierno británico, por necesidades de política doméstica, anunció que en el primer semestre de 2013 promoverá un referéndum en las islas Malvinas a fin de que la población se pronuncie “de manera definitiva” si quieren ser británicos o argentinos.
Así presentado existiría la tentación inicial de convenir en que un referéndum “para que la gente se pronuncie” es una solución acorde con el principio de autonomía de los pueblos. La verdad es bastante diferente.
Las Malvinas fueron parte del virreinato del Río de la Plata en la época colonial. Por tal razón -igual que en el resto del continente- es la nueva nación independiente (Argentina) quien asume la soberanía en carácter de sucesora de España.
En 1832 Gran Bretaña, por la fuerza ejercida por buques de guerra, expulsa al gobernador argentino y se establece en las islas, cosa que continúa hasta hoy. En el curso de los casi doscientos años siguientes esos parajes solo sirvieron para la cría de ovejas hasta que aparecieron hidrocarburos en las aguas circundantes. Vale decir que hoy, la posible bonanza petrolera que se asoma, produce que la potencia colonial, en un bien calculado rapto de “democracia”, promueva el referéndum que nunca se hizo antes.
El punto consiste en que desde el desalojo de Argentina de las islas, dejó de haber argentinos. Quienes ocuparon aquellas tierras fueron ingleses, no más de tres mil, casi todos empleados de la única empresa allí existente: la Falkland Island Company. Nunca se permitió el acceso con carácter fijo a ciudadanos argentinos provenientes del continente que solo dista doscientos kilómetros. Se promovió la llegada de ingleses traídos desde miles de millas de distancia y -de paso- se les dio tratamiento “de segunda clase” con menores derechos que sus pares de Gran Bretaña.
Quien esto escribe ha sido testigo de un caso similar en la República Árabe Saharaui (en África), excolonia de España que abandonó el área en 1975 dando lugar a que Marruecos por el norte y Mauritania por el sur ocuparan el vacío de soberanía. Mauritania pronto se retiró y Marruecos ocupó las tierras a través de la “Marcha Verde” que consistió en el desplazamiento forzado de la población existente y su sustitución por una nueva. Luego de años de violencia Naciones Unidas resuelve hacer un referéndum y como es de suponer el resultado del mismo dependerá de si los votantes son los que estaban allí en 1975 o los que están ahora. Por eso no se ha podido celebrar. De paso, en casi cuarenta años muchos de los pobladores originales han muerto o se han ido. ¿Será válido un referéndum allí sin antes resolver ese asunto? Pues lo mismo en las Malvinas.
De paso la presidenta Kirchner, atravesando una crisis económica importante con posibles implicaciones sociales, también ha encontrado rentabilidad política para aprovechar el trigésimo aniversario de la guerra de 1982 para agitar la reivindicación territorial a la que -sin lugar a dudas- su país tiene derecho. En definitiva, todos quieren hacer política doméstica valiéndose del tema Malvinas de una u otra manera, más ahora que apareció el petróleo.
Gobierno “escuche” el resultado del referéndum en Malvinas
El premier británico dijo espera que, con la votación, los habitantes de Malvinas hablen “fuerte y alto” y que Argentina deje de ignorarlos.
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Fuerte respaldo tuvieron los habitantes de Malvinas tras anunciar que en 2013 llevarán a cabo un referéndum para definir su estatus político. A las palabras de apoyo de varios funcionarios británicos, hoy se sumó el propio El primer ministro David Cameron. El mandatario dijo hoy que espera que los isleños hablen “fuerte y alto” y que Argentina “escuche” el resultado de la votación.
“Los habitantes de las Falklands (sic) han decidido celebrar un referéndum para demostrar que creen en la autodeterminación y creo que es muy importante, porque Argentina trata continuamente de ocultar este argumento y pretende que las opiniones de los isleños no importan”, declaró Cameron en la tradicional sesión semanal de preguntas en el Parlamento.
“Espero que hablen fuerte y claro y que Argentina escuche”, agregó en la víspera de la conmemoración del 30 aniversario del fin de la guerra de Malvinas.
El parlamentario conservador Nigel Adams le preguntó a Cameron sobre el estatus de posibles préstamos a Argentina. “Mientras recordamos a los caídos hace 30 años durante la Guerra de Malvinas, Argentina sigue disputando la soberanía británica de esas islas. Sin embargo, Argentina sigue recibiendo préstamos por un valor de miles de millones de libras esterlinas del Banco Mundial, del que los contribuyentes británicos son accionistas principales. ¿Se sumará el primer ministro al presidente (Barack) Obama en instruir a sus funcionarios a votar en contra de cualquier otro préstamo a Argentina?”, preguntó Adams.
El legislador hacía referencia a la votación estadounidense de septiembre del año pasado en el BID para negar préstamos a la Argentina, algo que Obama definió luego como “un pequeño asunto técnico”.
En su respuesta, Cameron dijo que el diputado “trató un punto importante”. “Ningún dinero del erario británico es gastado en préstamos del Banco Mundial a Argentina. Eso es importante. Pero creo que incluso más importante es lo que pasó ayer cuando los habitantes de las Faklands (sic) decidieron que van a tener un referéndum para demostrar que creen en la autodeterminación”, sostuvo el mandatario.
“Esto es muy importante porque Argentina trata continuamente de esconder este argumento y pretender que la opinión de los isleños no importa. Sí que importa, y espero que ellos hablen con voz bien en alto y claramente, y que Argentina los escuche”, subrayó.
El gobierno autónomo del archipiélago anunció ayer que celebrará un referéndum en el primer semestre de 2013 para dejar en claro el deseo de los isleños y zanjar el asunto de la soberanía.
Hasta ahora, ni la presidenta Cristina Kirchner, que renovará mañana el reclamo argentino de soberanía ante el Comité de Descolonización de la ONU en Nueva York, ni ningún otro miembro de su gobierno reaccionó a ese inesperado anuncio.
Sí lo hicieron varios funcionarios como el secretario de Estado de Relaciones Exteriores David Lidington, quien reafirmó que la consulta tenía el “pleno respaldo” del Reino Unido.
“En el pasado las islas Falkland (sic) han dejado claro que desean seguir siendo un territorio autónomo de ultramar británico (…) No tienen interés en convertirse en una provincia de Argentina”, declaró Lidington a los diputados.
El referéndum proporcionará a sus habitantes “un medio legal, justo y decisivo” para expresar su punto de vista, agregó. “Espero que Argentina y, es más, toda la comunidad internacional, tomen nota de la opinión democrática y libremente expresada de los isleños”.
“El gobierno británico seguirá ofreciendo un apoyo inequívoco a los isleños manteniendo una postura defensiva en las islas, respaldando su creciente economía, protegiendo sus derechos y deseos como hicimos hace 30 años”, afirmó.
El 30° aniversario del conflicto estuvo marcado por una escalada verbal entre ambos países, y reclamos argentinos por la “militarización” de la zona y la exploración de posibles recursos petroleros en esa región.
Incluso, el Gobierno argentino -que ha logrado el apoyo de los países latinoamericanos en el diferendo incluida la decisión de países del Mercosur de prohibir el ingreso a sus respectivos puertos de buques con pabellón de Malvinas- anunció la semana pasada acciones legales contra las cinco petroleras británicas que llevan a cabo en aguas del archipiélago una exploración que consideran “ilegítima”.
Naciones Unidas demanda desde 1965 a las partes que se sienten a negociar sobre la soberanía de las Islas Malvinas, pero Londres se niega. Además, la ONU no reconoce la autodeterminación de sus habitantes dado que no los considera población originaria sino implantada.
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